Es de humanos sentir temor cuando la vida nos presenta un cambio o nos obliga a dar un giro, salir de nuestra zona de confort, que es como llamamos a lo ya conocido hacia una zona que demandará momentos de retos, incertidumbre, situaciones nuevas o diferentes, nos hace sentir fuera de control, sensación que aterra al más valiente de los mortales. Aquí lo gracioso es que lo único seguro que tenemos además de la muerte son los cambios y las transformaciones porque vivimos en un mundo que no para de girar y donde las decisiones de unos nos afectan a todos. Hay que asumir una nueva actitud frente a los cambios, a lo inesperado. De la manera que actuemos frente a ellos, determinaremos nuestro acceso a las próximas dimensiones y lugares donde nos pocisionaremos. ¿Por qué nos ayudan y son positivos todos los cambios? Un amigo me envió estas razones que les comparto: 1 Porque filtran tu destino: Tu destino no es algo que tú decides sino algo que descubres. Dios permite cambios en tu vida que muchas veces vienen disfrazados de problemas pero son los que te acercan al cumplimiento de tu propósito. 2 Porque son necesarios cuando la forma en la que hacemos las cosas ya no resultan: Un honesto inventario de tu vida te mostrará qué cosas debes cambiar, ajustar o perfeccionar. Esto te ayudará a identificar qué nuevas destrezas debes aprender y qué cosas eliminar. 3 Porque solo son difíciles al principio: Actúa aunque tengas miedo, si deseas alcanzar nuevos niveles de efectividad, productividad y realización en tu vida, necesitaras hacer cambios aunque no siempre sean fáciles. 4 Porque te ayudan a madurar: Ningún cambio te deja en la misma situación donde te encontró, en ellos descubres donde esta tu confianza, cuales son tus recursos, remueven tus falsos fundamentos y marcan un nuevo comienzo en tu vida. Al dejar muchas cosas y mudarme a México para aceptar un nuevo nivel y oportunidad en mi vida, confronté muchas dudas y temor, más de mis seres queridos que míos, pero les confieso que al pasar los días me doy cuenta que cuando Dios quiere promoverte y entregarte nuevas bendiciones te desprende de muchas cosas y hay que tener paciencia, valor y fe para esperar ver los resultados. Es determinante confiar en el proceso.